Niños sufren por pandemia, pero de hambre; región de la Montaña, Guerrero.
En la Montaña de Guerrero la emergencia sanitaria por covid-19 se vive de forma diferente y los niños son los grandes damnificados.
A diferencia de lo que pasa en las ciudades del país, aquí la preocupación no es usar cubrebocas, gel antibacterial o asistir a las clases a distancia, sino conseguir el sustento familiar.
El rezago social que ya de por sí padece la población infantil indígena, se recrudeció por el hambre y la irrupción del nuevo coronavirus. En la Montaña no hay hospitales, médicos o medicinas.
En esta región las familias se dedican a producir maíz de temporal para autoconsumo, pero recurren al cultivo de amapola ante la falta de opciones de ingreso. Además de tener que conseguir madera o agua en la sierra, los niños apoyan a sus padres en labores del campo para obtener goma de opio.
Aquí los niños desaparecieron de las matrículas de las escuelas y los poblados comenzaron a vaciarse por el recrudecimiento del hambre entre las familias dedicadas a la actividad agrícola pues se acentuó la crisis en el campo porque no llegan apoyos gubernamentales.