Desde la encarnación  cómica de Abbot y Costello contra la momia (1955)  no se veía tanta simpleza y total falta de alma por parte de los realizadores. Alex Kurtzman, a quien conocimos como el guionista de Star Trek del 2009, da su salto a la silla de dirección y nos presenta una cinta totalmente confusa en su tono y una dirección fílmica mediocre.

Es un tren sin control de casi 200 millones de dólares de presupuesto. Es increíble como una inversión de tal magnitud no esté protegida para algo tan esencial como un guión lógico o un director con experiencia. Evita regalar tu dinero a este tipo de proyectos sin alma y poco contenido, espera y en unos meses estará en todos los canales de paga básica de su proveedor de cable o stream favorito.

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