Por Óscar Verdín Camacho

Entre aproximadamente las 11:30 de la noche del martes cuatro en que fue asesinado Cristo Agustín Olivares Rodríguez, de 32 años, en el bar La Hinchada, en la avenida Juan Escutia en Tepic, transcurrieron 63 horas y media en que, a las tres de la tarde de este viernes concluyó una audiencia en que se dictó sentencia condenatoria contra Fructuoso G. G. y Eduardo H. N., con una pena de 18 años de prisión por el delito de homicidio calificado, multa equivalente a 50 días y reparación del daño por 200 mil pesos.

Esa noche se produjeron una serie de acciones que llevaron a la pronta detención de los sujetos, que parecen tener menos de 25 años. Por ejemplo, trabajadores del bar salieron para ver hacia donde huían, mientras que un policía estatal que se encontraba en esa zona los siguió a pie, guardando cierta distancia, al mismo tiempo que se comunicaba con otros agentes para ubicar por donde corrían los atacantes, y él detrás de ellos.

De esa forma, el policía observó que abordaron un taxi color rojo en la avenida México, el mismo que minutos después fue interceptado cuando circulaba en dirección a Xalisco, a la altura de Las Banderas. En el taxi fue asegurada una pistola calibre nueve milímetros, la misma con la que el citado barman fue ejecutado con un balazo en la cabeza.

Según las actuaciones, ambos individuos fueron identificados por los testigos. Habían ingresado al bar, pidieron dos cervezas y, minutos después, uno de ellos disparó contra Olivares Rodríguez.

Fructuoso y Eduardo aceptaron rendir declaración durante la audiencia que se efectuó ante el juez César Octavio García Torres, como parte, aparentemente, del acuerdo previo sostenido con la Fiscalía General del Estado (FGE) puesto que se sometieron a un procedimiento abreviado; es decir, ante el cúmulo de evidencias en su contra, decidieron no continuar con el procedimiento ordinario y se declararon culpables a cambio de una reducción en la sentencia. Ello se deduce porque la pena mínima para el homicidio calificado es de 20 años, y a ello se redujo dos años más.

Fructuoso aceptó que Eduardo lo invitó “a hacer un trabajo”, que “iba haber un dinero”, y que fue él quien accionó el arma de fuego que le dio su cómplice. “Me dijo que se trataba nada más de dispararle a alguien”…

Por su parte, Eduardo manifestó que un conocido del que no sabe su nombre ni donde vive, lo contactó por teléfono para ofrecerle una suma de dinero para ir a dispararle al hombre que estuviera detrás de la barra en La Hinchada. “Yo invité a Fructuoso para que me acompañara a hacer ese jale”…

El juez García Torres explicó a los acusados el sentido de un procedimiento abreviado, en el que aceptan la responsabilidad de los hechos, a lo cual estuvieron de acuerdo. Una asesora de víctima manifestó que un familiar del ahora occiso también aceptó ese procedimiento, previa y debida explicación.

En cuanto al taxista que prestó servicio a los sujetos, fue liberado al confirmarse que no tenía relación con el homicidio.

Durante una parte de la audiencia, entre el público asistieron funcionarios de la FGE, entre ellos el encargado de la misma Carlos Alberto Rodríguez Valdés -“Wili”-, así como varias mujeres muy jóvenes que más tarde se retiraron llorando. Se trataría de familiares de los detenidos.

ESTA INFORMACIÓN ES PROPIEDAD DE ÓSCAR VERDÍN CAMACHO

ENLACE ORIGINAL http://www.relatosnayarit.com/index.php/noticias/1753-iba-haber-dinero-por-hacer-ese-jale#.WOg1nKI8IB4.facebook

 

Deja tu comentario

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí