Muere Jean Succar Kuri pagando su condena en de 94 años de prisión en cartel de Cancún, Quintana Roo
La tarde de este 14 de junio murió Jean Touma Hanna Succar Kuri, quien cumplía una sentencia de 94 años de cárcel por pornografía infantil y corrupción de menores en el centro de reinserción social de Benito Juárez.
Su fallecimiento se registró a las 13:12 horas de este viernes en el hospital PlayaMed de Cancún, donde había sido llevado tras complicaciones con una enfermedad cardiaca, misma que lo dirigió a su muerte.
El empresario fue expuesto como líder de una red de explotación sexual infantil por la periodista Lydia Cacho, cuando publicó su libro Los Demonios del Edén (2005).
“Ante la muda complicidad de la sociedad y el Estado, miles de menores son víctimas de comerciantes que les convierten en objetos sexuales para la compraventa y disfrute de millones de hombres, quienes encuentran en el abuso sexual infantil y en la pornografía, un deleite personal sin cuestionamientos éticos”señaló.
Aquella meticulosa investigación reveló una red de pederastia muy bien tejida entre integrantes de las esferas del poder económico y político de México.
El hombre de origen libanés fue detenido a mediados del 2004 en Arizona, Estados Unidos, luego de que la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y la Interpol siguieran de cerca sus pasos tras los señalamientos plasmados en la investigación de Lydia Cacho.
Y no era para menos, pues Jean Thoma Hannah Succar Kuri -nombre completo del empresario- fue durante años la cabeza de una red de explotación sexual en agravio de menores de edad que solía operar en la ciudad de Cancún, Quintana Roo.
De acuerdo con información recopilada por Lydia Cacho en su libro, Succar Kuri viajó a México en su adolescencia y, aunque primero vivió en casa de sus tíos en Guanajuato, en 1985 llegó a Cancún.
El aeropuerto de aquel naciente destino turístico fue el escenario ideal para que el hombre de origen libanés colocara una fuente de sodas y un par de tiendas de playeras. Un año más tarde ya era dueño de 50 villas y operaba el Hotel Solymar, además de que tenía a su nombre tres tiendas de artesanías y el restaurante central del recinto. Sus negocios se extendieron hasta Estados Unidos, en donde también tenía un restaurante y una mansión en Los Ángeles.
Aunque el estereotipo de que las personas de origen libanés tienden a ser grandes empresarios mantuvo fuera del radar a Jean Succar Kuri durante algún tiempo, detrás de aquella imagen de «hombre de negocios» escondía una oscura faceta que solo sus cómplices conocían.
Las aguas cristalinas del mar caribe, la suave arena de las playas y aquella verde y frondosa vegetación que permea cada rincón ha hecho de Cancún el destino ideal para turistas nacionales e internacionales.
No obstante, para una mente como la de Succar Kuri aquella paradisíaca ciudad era también la ideal para establecer su principal negocio: el turismo sexual.
El empresario -con todo y sus influencias dentro de la política mexicana- hizo de la explotación sexual un negocio lucrativo.
La periodista Lydia Cacho citó en su investigación que el general de la Procuraduría General de la República (PGR), Rafael Macedo de la Concha, investigó a Jean Succar Kuri por ofrecer a niñas vía cibernética para tender una red de turismo sexual infantil.
«La industria de la pornografía infantil, directamente relacionada con el abuso sexual, el secuestro (para fines sexuales) y la explotación infantil, genera ganancias multimillonarioas y, al igual que la del cine pornográfico ya mencionado, se entrelaza cada vez con mayor desenfado con las industrias formales», planeta Lydia Cacho en su libro Los Demonios del Edén (2005).
Información emitida por el Senado de la República a través de su área de comunicación social sostiene que en México son explotados sexualmente entre 80 y 85 mil niñas y niños.
El país ocupa el primer lugar en difusión de pornografía infantil en el mundo, negocio ilícito cuyas ganancias se encuentran por arriba del tráfico de drogas y armas.
