Mató a su hija de 4 años para vengarse de su exmarido, le dan prisión permanente
La Audiencia de Barcelona ha impuesto la pena más dura a Cristina Rivas, la mujer que en mayo de 2021 mató a su hija Yaiza, de 4 años, para vengarse de su exmarido. Después de que el jurado popular la declarase culpable por unanimidad, el tribunal le impone una pena de prisión permanente revisable, según la sentencia a la que ha tenido acceso La Vanguardia.
Los jueces la condenan como autora de un delito de asesinato por la alevosía – ataque por sorpresa – a su hija. Además, le imponen la medida de prohibición de acercamiento y comunicación a una distancia de menos de un kilómetro respecto a la familia cercana de la víctima: su exmarido Sergio y los abuelos paternos de la menor. A ellos, deberá indemnizarlos con 250.000 euros en el caso del padre y 75.000 euros para cada uno de los abuelos. La acusada también deberá pagar las costas del procedimiento.
Prohibición de acercarse y comunicarse a su exmarido y los abuelos paternos
La Audiencia además abre una nueva causa contra la acusada por maltrato psicológico a su exmarido. Durante el juicio, el magistrado presidente ha hallado indicios de que el padre de la menor podría haber sido víctima de acoso psicológico ha decidido deducir testimonio por este delito en un juzgado de Sant Feliu que a partir de ahora investigará el asunto. El juez ha enviado al juzgado la pericial psiquiátrica de la acusada, un informe psiquiátrico sobre las secuelas sufridas por el padre, las actas del juicio oral así como las cartas de suicidio que dejó la acusada antes de cometer el crimen.
El jurado declaró culpable por unanimidad a la acusada y acogió la tesis de la Fiscalía y de la acusación particular, que representaba al padre de la menor asesinada. Según el relato de los hechos, la noche la noche del 30 al 31 de mayo de ese año la mujer drogó a su hija con pastillas y la mañana siguiente la asfixió y se intentó suicidar . Ambos cuerpos fueron hallados por la abuela por la tarde, pero la acusada salvó la vida gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencia. En su declaración, la acusada afirmó que cometió el crimen por miedo a perder a la menor que decidió primero suicidarse y en el último momento arrastrar en su decisión a la niña.
La acusada afirmó que cometió el crimen por miedo a perder a la menor
En cambio, el jurado consideró por unanimidad que la acusada intentó reiteradamente regresar con su expareja, con quien había roto hacía un tiempo, según ven demostrado por las declaraciones de varios testigos, una carta que escribió la mujer y algunas búsquedas de rituales de vudú para recuperar parejas. La negativa del padre a volver con ella “motivó un estado creciente de indignación, rabia, tristeza y frustración que se materializó en la metódica planificación de la muerte de su hija y de su propio suicidio con el objetivo de causar el mayor sufrimiento posible” al padre y expareja. Para ello, según el jurado, hizo búsquedas en internet de posibles formas de matar, como psicofármacos, y de casos conocidos de violencia vicaria.
